miércoles, diciembre 21, 2005

El dichoso ojo ajeno

Hace un momento acabo de ver como Rafa Marín comentó la noticia sobre el asesinato de un taxista en Bilbao y el posterior intento le linchamiento por parte de los compañeros taxistas, comparando este intento le linchamiento con nuestra idea de estar en contra de la pena de muerte que existe en otros países, como Estados Unidos. Y yo la verdad, llevaba una semana queriendo escribir sobre el tema de la justicia en España, y la verdad, es que ese post me ha animado a hacerlo.

Mi opinión sobre la justicia española es que tiene un montón de fallos. Gordos además. Y que nosotros, en lugar de intentar buscar una solución, utilizamos algo que a los españoles, según parece, se nos da muy bien: poner a parir a los demás.

Es decir, sí, el sistema de justicia americano tiene fallos muy importantes, sí. El primero de todos, para mí, la pena de muerte. Y la prueba más clara de ello ha sido la última en California a Tookie Williams. Acusado de matar a 4 personas, y habiendo sido líder de una de las bandas callejeras más peligrosas, una vez en la cárcel, se dedico a intentar redimirse. Y su lucha contra las bandas callejeras, escribir 4 libros para niños intentando hacerles ver lo peligrosas que son estas, y varias propuestas para Nóbel de la paz deberían demostrar que de verdad estaba redimido. Pero no fue así y el 13 de diciembre fue ejecutado mediante inyección letal.

Todo esto es verdad, y todo esto es criticable, pero eso no impide que sea totalmente cínico que intentemos demostrar lo mal que es su sistema de justicia teniendo nosotros otro en que un violador de jóvenes sale de la cárcel a los dos años, un asesino no pasa ni 10, y encima les dan permisos carcelarios para salir sin pensar si esa persona podría hacer nuevos crímenes. Y los hacen, y mueren inocentes. Y sin embargo es noticia de un día y nada más. A volver a poner a parir a los americanos. Y si no, a los chinos, que para algo son los que mas personas ejecutan. Mal, verdad, totalmente deplorable, pero no excusas para no mirarnos a nosotros mismos y ver que algo tendría que cambiar en nuestro método de justicia.